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Preguntas Frecuentes sobre Bonos Estructucturados

abogado bonos estructurados

Cuestiones clave para reclamar los Bonos Estructurados

 

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En este artículo, vamos a realizar un breve análisis acerca de los bonos estructurados. Se trata de productos financieros de inversión de carácter complejo.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) recoge en su página web una clasificación de los instrumentos financieros de inversión en base a las principales características de los mismos. Así, podemos encontrar productos financieros de renta fija, productos financieros de renta variable, fondos de inversión, productos híbridos, productos derivados y productos estructurados. Por lo que respecta a los bonos estructurados, estos instrumentos se incluirían dentro de la categoría de productos estructurados.

¿Qué son los bonos estructurados?

Como se ha mencionado anteriormente, los bonos estructurados forman parte de la categoría de productos financieros estructurados. Estos instrumentos consisten en la unión de dos o más productos financieros en una sola estructura; se trata de un paquete único e indivisible que suele consistir en la unión de un producto de renta fija junto con uno o más productos derivados.

Los bonos estructurados son, pues, productos financieros de inversión con un plazo máximo de vencimiento fijado de antemano. A través de una combinación de productos de renta fija y/o variable y productos derivados sobre dichos activos, otros activos o índices, permiten al inversor la posibilidad de conseguir una rentabilidad vinculada a la evolución de un concreto activo subyacente.

¿Qué tipos de bonos estructurados existen?

Nos podemos encontrar con muchos tipos de bonos estructurados, pudiendo englobar los más habituales en estas cuatro categorías:

  • Bonos con cupones digitales. Con este tipo de bonos, si el activo subyacente alcanza un nivel preestablecido en alguna de las fechas de observación que se hayan designado, se pagará un cupón determinado de manera anticipada.
  • Bonos con capital protegido a vencimiento. En estos casos, el capital, o un porcentaje del mismo, se encuentra garantizado a vencimiento. Por ello, se trataría de los bonos más seguros de su categoría.
  • Bonos reverse convertibles. Se trata de productos estructurados sin el capital protegido, que abonan una rentabilidad fija a vencimiento y que cuentan con un plazo corto de inversión (1 a 2 años). La devolución del capital invertido se vincula al comportamiento de un activo subyacente, tratándose normalmente de una acción individual. En la fecha fijada se pueden canjear por número determinado de unidades del activo subyacente.
  • Bonos con participación sobre el activo subyacente. En esta categoría, la rentabilidad del estructurado se encuentra vinculada a la evolución de un activo subyacente. Para ello, se concreta un factor de participación que se utilizará para el cálculo del interés final devengado por el producto (entre un 70 % y un 100 % de participación en la evolución del subyacente).

¿Cómo funcionan los bonos estructurados?

Como ya hemos expuesto, los bonos estructurados están formados por dos o más instrumentos financieros, entre los que destacan, por una parte, un activo de renta fija, que se encargará de proporcionar la protección y, en el caso de productos con capital protegido a vencimiento, la devolución del mismo; y, por otra parte, un instrumento derivado, que posibilita a la entidad emisora vincular la rentabilidad del producto financiero a un activo.

Por consiguiente, esta combinación permite al adquirente del bono estructurado realizar una inversión con rentabilidad – o pérdida – variable en función de la evolución de un determinado activo de referencia, rentabilidad – o pérdida – que se puede acotar de acuerdo con la estructura por la que se ha optado dotar al producto.

¿Qué diferencia hay entre bonos estructurados y depósitos estructurados?

La principal diferencia que hay entre bonos estructurados y depósitos estructurados radica en la naturaleza del producto de renta fija. Si se trata de un bono, unido a otros activos, estaremos ante un bono estructurado; en cambio, si el activo de renta fija es un depósito, junto con otros activos, se tratará de un depósito estructurado.

Asimismo, otra diferencia importante entre estos dos productos financieros de inversión está en que los bonos estructurados no gozan de la protección del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), a diferencia de lo que ocurre con los depósitos estructurados.

¿Qué otros términos se utilizan y qué diferencias presentan entre ellos (bonos autocancelables, contratos financieros a plazo, etc.)?

De un lado, los bonos autocancelables o convertibles son bonos estructurados que, por norma general, surgen de la combinación de un bono a plazo fijo asociado a un derivado financiero, que suele consistir en una o varias acciones individuales (cesta de acciones), por lo que su rentabilidad se encuentra ligada a estos valores variables (SAP Barcelona, de 6 de junio de 2018, rec. 663/2016).

De otro lado, los contratos financieros a plazos son, en verdad, depósitos estructurados con una naturaleza similar a los bonos estructurados o bonos autocancelables. Se trata de productos con vencimiento a medio plazo, cuya rentabilidad y devolución del principal se encuentran ligadas a un activo subyacente, pudiendo consistir en una o varias acciones individuales o un índice (SAP Madrid, 11 de julio de 2019, rec. 300/2019). En ocasiones, los contratos financieros a plazos se reparten en dos periodos, uno que se podría denominar de renta fija “pura”, no ligada a ningún activo subyacente, y otra “híbrida”, que funciona como un bono estructurado.

¿Es una buena inversión?

Es cierto que los bonos estructurados pueden ofrecer una mayor rentabilidad en relación con otros instrumentos financieros tradicionales, como podrían ser las acciones o los bonos. Ahora bien, se trata de productos financieros considerados complejos y de riesgo elevado, de acuerdo con la CNMV. Por ello, como en cualquier operación de inversión que realicemos, es esencial que nos informemos previamente de las características básicas y de los riesgos del producto en el que vamos a invertir.

¿Por qué son peligrosos los bonos estructurados?

De acuerdo con la CNMV, los productos financieros estructurados son instrumentos de carácter complejo y de elevado riesgo. Ello provoca que la propia configuración y funcionamiento del bono estructurado resulten de difícil comprensión para la gran mayoría de los inversores. Por ello, son peligrosos estos productos financieros si no se informa adecuadamente por parte de las entidades comercializadoras de los riesgos de la inversión, pues cuando un cliente desea invertir en bonos estructurados debe tener claro que puede perder dinero.

Asimismo, como se ha expuesto anteriormente, los bonos estructurados no tienen la protección del FGD, lo que afecta a su riesgo. Así, además de perder el capital por la propia configuración del producto financiero, se podría llegar a perder todo lo inicialmente invertido.

¿Cuáles son los riesgos de los bonos estructurados?

Debemos tener en cuenta que los bonos estructurados tienen cinco riesgos importantes:

  • Riesgo del emisor. En caso de quiebra del emisor, puede llegar a perderse la totalidad de lo invertido.
  • Riesgo de los tipos de interés (o de mercado). Si se produce una subida de los tipos de interés, el precio del bono caerá.
  • Riesgo de duración. Cuanto mayor sea el plazo de emisión del bono estructurado, mayor volatilidad implicará la inversión.
  • Riesgo de liquidez. Por norma general, no es posible deshacer la inversión antes de la fecha de vencimiento predeterminada por la entidad financiera.
  • Riesgo de pérdida de capital: Si el subyacente no alcanza el precio de barrera, se aplica al capital el mismo porcentaje de pérdida que hubiese sufrido el subyacente.  Ello puede conducir a la pérdida de incluso la totalidad de la inversión.

¿Tienen liquidez los bonos estructurados?

Una particularidad que presentan estos productos financieros de inversión es que tienen una liquidez limitada, puesto que carecen de mercados secundarios para su venta. Así pues, el activo subyacente no solamente condicionará la rentabilidad del bono estructurado, sino también el plazo de vencimiento del importe invertido y, por consiguiente, de su devolución.

¿Dónde está el truco de los bonos estructurados?

Tal como hemos comentado en este artículo, los bonos estructurados son un producto híbrido, en el que podemos saber qué aportará una parte – el producto de renta fija —, pero no la otra – la vinculada a un activo subyacente —; en especial, si ese subyacente resulta ser un título de renta variable.

Así pues, el rendimiento final del bono estructurado no dependerá solamente de la evolución del bono, sino también del resto de activos a los que se vincula. Por ello, salvo que el producto estructurado cuente con una garantía de devolución del principal invertido al vencimiento del producto, el demandante del bono se expone a perder parte o todo lo invertido.

En los bonos estructurados se reparte el riesgo de la inversión de manera asimétrica: Pongamos un ejemplo sencillo de entender.

El emisor del bono compra una opción de compra del subyacente y coloca un bono estructurado con dicho subyacente.  Lo habitual es que si el subyacente está por encima de un 80 %, se pague un tipo de interés al cliente, pongamos del 5 %.  En ese caso, el emisor, se beneficia del precio del subyacente (que estará a más del 80 %) y pagará solo el 5 % de interés.  Puntualicemos que cuando el emisor compra  la opción sobre el subyacente, sabe que en el plazo de vencimiento el precio estará probablemente por debajo de la barrera, con lo que necesariamente ganará dinero, incluso, abonando el interés.  Ahora veamos el otro escenario:  El subyacente baja y pierde el 70 % del valor:  El emisor solo devuelve el 30 % del capital y ni siquiera paga intereses.

Hemos hecho un planteamiento muy simple para mostrar lo “desequilibrado” del riesgo en estos productos, en perjuicio del consumidor.  Se puede complicar mucho más, pero da una idea de que cuando ofrecen un bono estructurado, el que lleva la mejor parte es el que lo ofrece y no el que lo suscribe.  Y todo ello sin contar las “suculentas” comisiones que además, han venido cargando las entidades financieras.

 

¿Los bonos estructurados tienen cobertura del FGD? ¿Y los depósitos estructurados?

Como hemos mencionado en varias ocasiones, los bonos estructurados no tienen cobertura del FGD, lo que afectaría a su riesgo, ya que, además de perder el capital por la propia configuración del bono estructurado, podría llegar a perderse todo lo inicialmente invertido. Por su parte, los depósitos estructurados sí se encuentran cubiertos por el FGD, por lo que estos productos cuentan con garantía de capital a vencimiento.  En todo caso es imprescindible que conste en el folleto de emisión o en su caso, que se lo indiquen por escrito.

¿Cuáles son las principales entidades comercializadoras de bonos estructurados en España?

Para contratar productos financieros de inversión, el inversor deberá acudir a aquellas entidades que se encuentren autorizadas para prestar este servicio.

En España, pueden prestar servicios financieros de inversión las siguientes entidades: empresas de servicios de inversión (agencias y sociedades de valores, sociedades gestoras de cartera y empresas de asesoramiento financiero), sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva y entidades financieras y entidades extranjeras autorizadas en el territorio español.

Para poder conocer qué entidades se encuentran autorizadas, así como los servicios que puede ofertar cada una de ellas, se deben consultar los registros oficiales de la CNMV, que se recogen en su página web (http://www.cnmv.es/Portal/Menu/Registros-Oficiales-ESI.aspx). Si se trata de entidades de crédito, debemos consultar el registro del Banco de España, que aparece en su página web (http://app.bde.es/ren_www/InicioSesion).

Como principales entidades comercializadoras de bonos estructurados que se han dedicado a “colocar” estos productos podemos citar, entre otras, BBVA, Bankinter, Barclays, Caixabank, Barclays o Deutsche Bank.

¿Cuál es la fiscalidad de los bonos estructurados?

Debemos tener en cuenta que los rendimientos, positivos o negativos, que se obtengan por personas físicas residentes en territorio español, tienen la consideración de rendimiento de capital mobiliario, por lo que se integrarán dentro de la renta del ahorro, junto con el resto de productos financieros.

¿Cuánto tiempo tengo para reclamar los bonos estructurados?

En ocasiones, estos productos estructurados se han comercializado por las entidades como recomendables y convenientes a clientes de perfil inversor bajo (clientes conservadores). Por ello, ante estas situaciones, lo habitual es demandar a las entidades comercializadoras ejercitando acciones de anulabilidad del contrato por error vicio en el consentimiento, cuyo plazo de reclamación es de cuatro años (art. 1.301 CC).

Por su parte, el Tribunal Supremo se ha pronunciado en la Sentencia nº 409/2019, de 9 de julio de 2019 (rec. 515/2017), sobre el inicio del cómputo del plazo de la acción de anulabilidad por error vicio en el consentimiento en los contratos de bonos estructurados. Así, el alto tribunal entiende que el plazo no debe comenzar a contar hasta el vencimiento del producto, de acuerdo con los siguientes argumentos:

En la interpretación del art. 1301.IV CC, la jurisprudencia ha mantenido que el cómputo del plazo de cuatro años para el ejercicio de la acción de nulidad empieza a correr «desde la consumación del contrato», y no antes […]. En aplicación de la jurisprudencia mencionada sobre el comienzo del cómputo del plazo de cuatro años para el ejercicio de la acción de nulidad, contenido en el art. 1301 CC, la demanda se habría puesto a tiempo, pues el contrato de adquisición del bono estructurado se consumó con la cancelación del producto. Así como en el caso de las participaciones preferentes o las obligaciones subordinadas, el negocio se consuma con la propia adquisición de estos productos, no ocurre lo mismo con los bonos estructurados, en los que, durante un determinado periodo de tiempo, los rendimientos y las pérdidas se van produciendo periódicamente en función del comportamiento que hubieran tenido los valores a los que está ligado. […] De este modo, como el vencimiento del bono estructurado se produjo el 27 de julio de 2012, desde entonces hasta que se presentó la demanda (18 de noviembre de 2015), no se advierte que hubiera transcurrido el plazo legal de cuatro años”.

¿Puedo reclamar un bono estructurado si tengo experiencia en inversiones?

Con relación a los conocimientos y experiencia en el ámbito de la inversión que tenga el cliente, correspondiente al tipo concreto de producto o servicio ofrecido o solicitado, la entidad de inversión deberá evaluar previamente si el producto de inversión es adecuado para el cliente. Así, las entidades comercializadoras tienen la obligación de evaluar la conveniencia e idoneidad, mediante los conocimientos y la experiencia en materia financiera del cliente, para precisar qué tipo de información ha de proporcionársele sobre el producto de que se trata y, en su caso, emitir un juicio de conveniencia e idoneidad.

Asimismo, las entidades comercializadoras tienen la obligación de cumplir los deberes de asesoramiento e información para con sus clientes acerca de los productos financieros que contraten, en especial sobre los riesgos de los mismos (arts. 209 y siguientes del Real Decreto Legislativo 4/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Mercado de Valores).

Por tanto, si el perfil del cliente resulta de una persona con experiencia inversora o en entidades relacionadas con la inversión en valores y el inversor ha sido informado suficientemente sobre el producto estructurado y sus riesgos, resultará difícil que la reclamación del bono estructurado prospere (STS nº 378/2014, de 2 de julio de 2014, rec. 2296/2012).

La mayoría de los casos se plantean con clientes no expertos, desconocedores de la naturaleza y riesgo del producto complejo que les estaban ofreciendo.    No obstante, los clientes expertos, también pueden reclamar con éxito por los daños sufridos a consecuencia de los bonos estructurados,  por incumplimentos contractuales «puros y duros»:  Dada la complejidad de estos productos, es frecuente que las liquidaciones practicadas por el banco, no se ajusten a lo que se indicaba en el folleto.  Y también es muy frecuente que no se haya cumplido con la cláusula que establecía el mecanismo «antidilución». En esta entrada explicamos con más detalle la cuestión.

¿Cómo puede ayudarle un abogado experto en bonos estructurados?

A la hora de reclamar la contratación de bonos estructurados, el camino será judicial en la gran mayoría de las ocasiones. Por consiguiente, para efectuar la reclamación de estos productos estructurados, lo más aconsejable será acudir a un abogado experto en bonos estructurados, que pueda efectuar un análisis detallado de nuestra situación e indicarnos la mejor manera de proceder en nuestro caso concreto.

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